A finales de 2011, fueron dados de baja 31 efectivos, y en enero de 2012, otros 73 policías activos y funcionarios. Semanas atrás, otros 36 fueron dados de baja, con lo que totalizan 140, mientras siguen sumariados varios más, que luego serán sometidos al Tribunal de Calificaciones de la Policía, para analizar una nueva tanda de bajas, según refiere un boletín de prensa del ministerio del Interior.
Paralelamente a las sanciones aplicadas y la autodepuración policial, la administración de Carlos Filizzola gira alrededor de los siguientes ejes, siempre con el objetivo de transformar a los agentes del orden: actuación de la Policía Comunitaria (trabajo con los vecinos, por cuadrantes); fuerte impulso a la Policía Urbana y Turística; acercamiento de la policía la gente (campañas Escuela Segura y No a la Violencia en el Fútbol); mejora salarial policial y de infraestructura; mayor equipamiento; dotación de tecnología y cursos de capacitación, en el exterior y a nivel interno, entre otros.
“Apostamos por hacer un cambio estructural, en la búsqueda de mejores resultados, potenciando la prevención y la disuasión, y como último recurso, el uso de la fuerza, en donde anteponemos a las personas antes que al Estado”, sostuvo el secretario de Estado. Filizzola.
En el marco de la transformación real de la policía, la gestión ministerial está dando énfasis al intercambio de experiencias y apoyo mutuo, a nivel regional, con los países de gobiernos progresistas, como los que Integran Unasur, en especial Argentina y Uruguay, en los que también la policía está pasando por procesos similares de transformación y buscan que los agentes estén más involucrados con las necesidades barriales y tenga un contacto más directo con la gente, partiendo de la base de que el tema de seguridad es muy amplio y abarcante.