No es necesario perder la femineidad para lograr lo que se anhela. Si bien todavía hay mucho por hacer, todo lo que ya se logró coloca a la mujer en un rol igualitario con el hombre.
Activa en varios programas internacionales y actividades gremiales locales en pos del desarrollo y empoderamiento de las mujeres, la empresaria y presidenta de la APEP, Celina Lezcano, previo al Día de la Mujer Paraguaya, que se celebra este 24 de febrero, habla acerca de cómo las mujeres deben prepararse y formarse para lograr esa autonomía económica.
–¿Quién es Celina Lezcano? ¿Qué hace?
–Celina Lezcano tiene 46 años y está casada con Julio, con tres hijos: Giuliano (17), Marco Antonio (16) y Celine Marianne (10). Podemos decir que soy una mujer trabajadora, fuerte, responsable, sensible, comprometida con lo que hago, soñadora, confiable, respetuosa, amistosa, orgullosa y agradecida con la vida y con todo lo vivido hasta ahora, lo bueno y lo malo. Soy una esposa y madre feliz.
–Y el mundo de los negocios, ¿cómo se incursionó en él?
–Desde pequeña acostumbraba a acompañar a mi padre, y tanto él como mi madre en sus actividades laborales nos enseñaron la cultura del trabajo. Ambos nos inculcaron siempre la dedicación al trabajo. Al finalizar el colegio a los 18 años ya me involucré en la empresa familiar Fidesa, donde empecé a aprender y desaprender. Estoy en la empresa hasta hoy, así como en otros emprendimientos personales.
–¿Cómo y cuándo se involucró en la actividad gremial?
–En la actividad gremial me involucro activamente en forma voluntaria en varios programas, entre los cuales soy directora por Paraguay en She Rock Mujeres para el Cambio, mentora en Paraguay Emprende, miembro de Sap, Alumni Paraguay, entre otros programas en pos del desarrollo.
–Actualmente es la presidenta de la APEP, ¿qué representa ello?
–Sí, estoy desde el 2017 como presidenta de la APEP, fui asociada por mi hermana mayor María Liz Lezcano, es una de las socias fundadoras y hasta ahora sigue en forma activa. Ingrese a la APEP en abril del 2006 y enseguida formé parte de la Junta Directiva, colaborando y apoyando siempre, hasta que en el 2017 las socias fundadoras me propusieron asumir la presidencia, que no estaba en mis planes, ya que no me importaba el cargo que podría ocupar, sino apoyar y tener resultados positivos desde el lugar que me tocaba estar. Así acepte con la condición de formar un equipo donde podamos trabajar en pos de seguir el camino que mujeres tan visionarias y comprometidas en 1991 tuvieron el valor de fundar lo que hoy es la APEP, el gremio de mujeres empresarias, ejecutivas y profesionales del Paraguay.
–¿Por qué esa inclinación de trabajar por, con y para las mujeres?
–Porque me gusta ayudar a los demás, me siento realizada así, me siento útil para la sociedad. Desde pequeña me gustaba colaborar y estar con los amigos, y como ya te comenté, en mi familia ya estaba la actividad gremial y empresarial en forma activa.
Era una parte de mí que sentía que debería ser así y hasta hoy día me dio muchas satisfacciones.
–¿Cómo las mujeres pueden ser competitivas en los distintos ámbitos?
–El mejor camino para buscar y obtener resultados como personas es la permanente capacitación en todo los aspectos, sean estos personales o profesionales para ser altamente competitivas. Como empresarias y profesionales debemos innovar en nuestros procesos, abrir nuevos mercados y buscar siempre avanzar, aprovechar las oportunidades de salir al exterior y estar actualizadas en cuanto a los avances del conocimiento global. Las mujeres somos muy productivas, somos al mismo tiempo educadoras y formadoras de nuestros niños. Debemos estar a la vanguardia en lo social, cultural, político. Necesitamos instrumentos legales para trabajar formalmente, temer mayor autonomía económica y generar fuentes de trabajo. Empoderarnos es el camino.
–La mujer hoy en día es profesional, madre, ama de casa. ¿Cuál cree que es el principal obstáculo para poder cumplir con todo sin dejar de ser mujer?
–Compaginar la vida laboral, social, gremial, empresarial, sin duda es difícil. Creo que debemos buscar el equilibrio para poder hacer todo de manera armónica y que cada cosa que hagamos lo disfrutemos y veamos el resultado y el impacto que podemos lograr. Eso nos ayudará a darnos cuenta que estamos haciendo lo correcto. Creo que un punto fundamental es la familia, tener un compañero de vida que nos ayude a equilibrar toda esa responsabilidad que tenemos como madre, esposa, empresaria, etc. No debemos perder nuestra femineidad para lograr lo que anhelamos.
–En pos del desarrollo se habla mucho del empoderamiento de la mujer. En Paraguay, ¿se les da esa oportunidad realmente?
–Yo pienso que la mujer va ganando su espacio, las oportunidades están ahí, lo importante es estar preparadas para asumir las responsabilidad y el compromiso que tomamos. Para ello debemos capacitarnos y actualizarnos.
–¿Qué necesitan las mujeres para poder desarrollarse de igual manera que el género masculino?
–Debe haber una corresponsabilidad. El rol de las mujeres depende de muchos factores que condicionan su vida, como es el tema cultural, las tradiciones, la educación, la formación e información que canalizan las aspiraciones de cada una de sus aspiraciones y reivindicaciones tanto sociales, políticas y la integración en la fuerza laboral. Hay mucho por hacer, pero todo eso que ya se hizo coloca a la mujer en un rol igualitario con el hombre. Para mí, la autonomía de la mujer comienza por su independencia económica.
–¿Existen programas nacionales o de multilaterales que forjen el empoderamiento de la mujer?
–Existen numerosos programas tanto a nivel oficial como de organismos internacionales, públicos y privados. Estos programas ayudan a visibilizar la problemática económica y social de la mujer en el entorno actual, pero la efectividad de estos emprendimientos es un tema que debería ser analizado de tal forma de lograr que la calidad de todo lo invertido en ello genere resultados de impacto efectivo en las mujeres, en el sentido de lograr una “real independencia económica” con un efecto multiplicador y que inicie un círculo virtuoso de bienestar, tanto en su entorno personal como en sus respectivas comunidades.
–El Gobierno, ¿cuál es su rol en ese aspecto?
–El compromiso del Gobierno debería ser el de crear las condiciones paras promover el empoderamiento de la mujer. El empoderamiento económico de las mujeres debe priorizarse para un crecimiento económico continuo y futuro, ya que enfrentamos barreras institucionales tanto en el sector público como en el privado. Necesitamos seguridad y estabilidad porque el rol de la mujer es vital para lograr prosperidad y bienestar en las familias, núcleo fundamental de nuestra comunidad y del país. El Gobierno debe ayudar a las mujeres a lograr la igualdad, pero como dijo un gran presidente alguna vez: “No preguntes qué puede hacer tu país por vos, pregunta qué puedo hacer yo por mi país”.
–¿Un mensaje para las mujeres paraguayas por su día?
–¡Felicidades en nuestro día! Mi reconocimiento y alta estima a cada una de las mujeres de nuestro querido Paraguay, mujeres valientes, fuertes, que sigamos juntas contribuyendo para generar el crecimiento continuo en lo económico, social y con impacto transformador. El poder de transformar nuestras realidades está en nosotras mismas, debemos apoderarnos de nuestro futuro con nuestro esfuerzo.
Fuente: La Nación.