El 28 de junio pasado, en Mendoza, Argentina, los mandatarios de Argentina, Brasil y Uruguay acordaron suspender a Paraguay del Mercosur al considerar que la destitución sumaria del presidente constitucional de ese país, Fernando Lugo, incumplió las normas democráticas establecidas por el grupo regional.
Fernández, Rousseff y Mujica decidieron aprobar el ingreso de Venezuela al Mercosur y marcaron para el 31 de julio la cita para oficializar esa entrada, con la cual el bloque económico recibirá un fuerte impulso y se convertirá en el poseedor de las mayores reservas de crudo del planeta.
Para esta tarde, está prevista una reunión informal de cancilleres de los cuatro países, así como un encuentro de trabajo de los expertos y técnicos en el que negociarán los plazos y será definida la Tarifa Externa Común.
Esa norma persigue incentivar la competitividad de los países miembros y evitar la formación de oligopolios y reservas de mercado, con criterios de pequeño número de alícuotas, baja dispersión y homogeneidad de las tasas de exportación e importación.
Creado en 1991, el Mercosur tiene el objetivo de fortalecer la integración regional e impulsar las alianzas entre los miembros Brasil, Argentina, Paraguay (suspendido ahora) y Uruguay.
Chile, Ecuador, Colombia, Perú y Bolivia son estados asociados, y México y Nueva Zelanda observadores.