La historia de las vías férreas que conectan Encarnación, Paraguay, con Posadas, Argentina, es un relato de integración, desarrollo y desafíos compartidos entre dos países hermanos.
Los inicios del ferrocarril
La construcción del ferrocarril que uniría Encarnación con Posadas se enmarca en un periodo de expansión ferroviaria en Sudamérica a finales del siglo XIX y principios del XX. En 1907, se iniciaron las obras de la línea férrea que buscaba conectar la región sur de Paraguay con el noreste argentino. Este proyecto formaba parte de una visión más amplia para impulsar el comercio y facilitar el transporte de personas y mercancías entre ambos países.
La línea férrea Encarnación-Posadas fue inaugurada oficialmente en 1913, marcando un hito en la historia del transporte en la región. El tren no solo era un medio de transporte, sino también un símbolo de progreso y modernización para ambas naciones. Durante varias décadas, el ferrocarril fue una arteria vital para el movimiento de productos agrícolas, ganaderos y manufacturados, así como para el flujo de pasajeros que cruzaban la frontera.
El declive y el abandono
Sin embargo, con el tiempo, la importancia del ferrocarril comenzó a disminuir. La competencia del transporte automotor y las limitaciones en el mantenimiento de la infraestructura ferroviaria llevaron a un progresivo deterioro de la línea. En la década de 1980, el servicio ferroviario comenzó a ser cada vez menos frecuente, y finalmente, en los años 90, el tren dejó de operar regularmente.
El cierre de la línea fue un duro golpe para las comunidades locales que dependían del tren como medio de transporte y como motor económico. Durante años, las estaciones de trenes en Encarnación y Posadas permanecieron abandonadas, testigos silenciosos de un pasado más próspero.
La rehabilitación y el futuro
A pesar del declive, el deseo de reactivar el servicio ferroviario nunca desapareció por completo. En 2014, después de décadas de abandono, se reinauguró el servicio de tren que conecta Encarnación con Posadas. Este esfuerzo fue parte de un proyecto de integración regional que buscaba fortalecer las relaciones entre Paraguay y Argentina, facilitando el tránsito fronterizo y fomentando el turismo.
El nuevo tren, aunque simbólico en comparación con el tráfico ferroviario de antaño, ha permitido recuperar parte del espíritu de cooperación y conexión entre ambas ciudades. Hoy en día, el tren sigue siendo una opción popular para quienes cruzan la frontera por trabajo, estudio o turismo.