Desde el funcionamiento del tren binacional que une Posadas, Argentina con Encarnación, Paraguay en 2014, miles de personas utilizan este servicio cada día para cruzar la frontera de manera rápida y eficiente. A pesar de la creciente demanda los usuarios enfrentan un problema recurrente: la falta de una parada de colectivo urbano adecuada en las inmediaciones de la estación de Posadas.
Aunque los colectivos urbanos sí llegan hasta la estación y transportan pasajeros, no existe una infraestructura adecuada para que las personas esperen en condiciones dignas. No hay una parada física con techo o asientos, lo que deja a los usuarios expuestos a las inclemencias del tiempo. En días soleados o de lluvia, muchos se ven obligados a refugiarse bajo la escalera del puente peatonal flotante que cruza la zona, improvisando un espacio de espera ante la falta de alternativas.
La estación del tren binacional ha sido un punto clave para la conexión entre ambas ciudades, pero la ausencia de una parada adecuada refleja una deficiencia en la planificación del espacio urbano. Muchos pasajeros, entre ellos trabajadores y estudiantes, expresan su malestar por la falta de una infraestructura básica que garantice una espera más cómoda y protegida.
La estación de tren se ha convertido en un punto estratégico para el comercio y el turismo, pero sin una infraestructura adecuada en su entorno, su potencial se ve limitado. La falta de inversión en servicios complementarios, como una parada de colectivo urbana bien equipada, pone en evidencia la necesidad de una mayor coordinación entre las autoridades de transporte y las urbanísticas.
Mientras tanto, los pasajeros seguirán esperando bajo el sol o la lluvia, a la espera de que las autoridades tomen en cuenta sus necesidades y les ofrezcan una solución que les brinde mayor comodidad y seguridad en su trayecto diario.